Riesgos de trabajo: el Gobierno sigue en deuda con la gente No hay salud sin un buen trabajo. Es así como las condiciones de trabajo pueden ser promotores de salud. Sin embargo, suelen también ser causa de mutilación, enfermedad y muerte.
Por Carlos Aníbal Rodríguez* | Argentina sigue confiando el destino de los trabajadores a dos leyes: la 19.587, llamada de Higiene y Seguridad, y la Ley de Riesgos del Trabajo. La primera, producto de una dictadura militar y reglamentada por otra; la segunda, un ejemplo más de la triste herencia del neoliberalismo de los 90.
La ratificación el año pasado del los Convenios de la OIT 155, sobre seguridad y salud de los trabajadores, y el 187 sobre el marco promocional para la seguridad y salud de los trabajadores, hacía vislumbrar que por primera vez la democracia se iba a dar una ley que protegiera la indemnidad de los trabajadores y promoviera su salud . La masa de dictámenes de la Corte Suprema demoliendo la Ley de Riesgos del Trabajo prometía un remedio justo de fondo, no un placebo.
Esperábamos, por ejemplo, que los trabajadores pudieran defender su salud en primera persona. Recordemos que Argentina es el único país de América latina donde los trabajadores no tienen ese derecho pues no se han instaurado las formas participativas ecuménicas como los delegados y los comités de salud y seguridad en el trabajo.
En Santa Fe lo hicimos y la evaluación tripartita realizada al cabo de 3 años es demostrativa de los beneficios obtenidos.
No hemos obtenido nada salvo un proyecto de ley que sólo se preocupa de aspectos económicos (la palabra prevención no figura en el texto) y de tratar de hacer una gambeta a los tratados internacionales y otra al derecho laboral tratando de eliminar judicialidad y de evitar el fuero laboral.
Lo de las pseudomutuas no representa una novedad pues siempre pudieron constituirse.
Hemos perdido una oportunidad y lo lamento profundamente.
Prevención y reparación son dos caras de una misma moneda. Si la prevención dejara de ser declamada y se hubiesen ofrecido herramientas adecuadas mediante un proyecto de ley serio, seguramente no tendríamos que preocuparnos por la reparación ni por los juicios, tampoco por tratar de explicar a los hijos por qué su padre murió en el mismo lugar donde iba a trabajar.
Hemos perdido una oportunidad y el Gobierno sigue en deuda con los trabajadores.
* Ministro de Trabajo y Seguridad Social de Santa Fe en la Gobernación de Hermes Binner. Fue también Gerente General de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo durante la presidencia de Néstor Kirchner.
Fuente: leysaludlaboral.org.ar